La etiqueta es importante. Porque los buenos modales mejoran la vida para ti, para tus hijos … y para el resto del mundo
¿Una cuestión de etiqueta? No solo. Los buenos modales, desde la mesa hasta las relaciones con los demás, hablan de forma en que lidiamos con la vida y el mundo que nos rodea. La excesiva rigidez del pasado, que condenaba a los pequeños al castigo y al silencio, hoy se convierte a menudo en una deriva igualmente excesiva hacia la tendencia a permitir y justificar todo. En medio stat virtus, los antiguos decían: la virtud está en el medio; en la capacidad de ser fieles a lo que creemos, sin olvidar que también existen otros. El verdadero desafío es aprender a vivir con una sonrisa hacia el mundo … y por nosotros mismos.
1 Deja de justificarte - Sentirse obligado a defenderse a sí mismo, a su descendencia o su propio trabajo a menudo indica la incapacidad de soportar la desaprobación de los demás. Es natural buscar la aprobación de los demás, pero … ¡no puedes complacer a todos! Tratar de convencer a la suegra o transeúnte de tus razones es agotador y en la mayoría de los casos resulta una frustración innecesaria. Sonríe y… ve más allá. Dejar de querer a los demás (o de agradar a tus hijos) es una liberación.
2 Tus hijos no siempre tienen la razón - Se aplica a los niños, pero también a las parejas, los amigos y a nosotros mismos: darnos cuenta de que el nuestro es solo un punto de vista entre muchos significa aceptar que el mundo puede (¡y muchas veces tiene!) Una opinión diferente. El silencio y la escucha son dos habilidades para entrenar. Averigüe, pregunte e intente alejarse de sus creencias antes de juzgar.
3 Los otros existen - En el restaurante, en el médico o en los pasillos del supermercado: ¿cuánta atención prestamos a los demás? La crianza de un niño alguna vez fue un proceso compartido, por el cual todos se responsabilizaron. Más que soluciones sin niños, la verdadera revolución es soñar, y vivir, un mundo en el que nos miramos a nosotros mismos y somos capaces de inculcar en la mente de las nuevas generaciones el concepto de que el respeto comienza cuando nos damos cuenta de los demás, cuando nos damos cuenta. lo que sucede a nuestro alrededor y tratamos de comprender las necesidades de los demás, no solo nuestras razones.
4 En la mesa - Coger comida con la gracia de un yeti, hablar con la boca llena y salpicar agua por la nariz como un géiser no es divertido, no es bonito, no es genial. Los buenos modales son cuestión de armonía y belleza, por eso hay pueblos que lo han convertido en una auténtica filosofía de vida. No se trata de tener que educar a un pequeño señor, sino simplemente de dar un buen ejemplo para que tu hijo comprenda que nuestra forma de comportarnos, incluso en la mesa, es el estilo con el que nos enfrentamos al mundo. Poder arreglárselas en cualquier entorno es una virtud poco común.
5 en el chat - Los grupos de madres se vuelven locos y el chat parece haberse convertido en la única forma de comunicarse con la escuela … o la última deriva de los buenos modales, que se hunden junto con el sentido común y el estrés. Está prohibido comentar sobre todo: en un chat grupal, el silencio se comunica de manera excelente. También porque si todos respondieran en un momento sería un caos (como, de hecho, lo es). Sea breve y utilice el intercambio a través de un teléfono inteligente solo en caso de necesidad real.
6 Chismes y juicios - ¿Te gusta que te juzguen? Si la respuesta es no, deje de juzgar (o al menos inténtelo). Cada uno tiene su propio estilo educativo, sus necesidades, su historia. Cuando juzgas en el fondo, sabes que alguien hará lo mismo contigo … y nunca es agradable. Horror y horror para los que cotillean a través de las redes sociales y los chats… y también para los que copian los chats mostrando el cotilleo ajeno. “Nunca se escribió un lindo silencio”, reza el famoso refrán: en la duda, el silencio es mejor, es válido en casi todas las situaciones.
7 ¿Estás gritando? - Tirar a un niño frente a todos, gritar a todo pulmón o abofetear a la víctima no solo es humillante para él, sino frustrante para ti … y según los expertos, socava tu capacidad de parecer autoritario. Educar con autoridad es cuestión de mirada y presencia, recuerda eso la próxima vez que la ira te abrume.
8 El cumpleaños - La falta de espacio es un problema común, sin embargo no es una buena razón para evitar invitar a esos dos o tres amiguitos: si decides invitar a la clase … todos están invitados, de lo contrario puedes optar por un pequeño refrigerio con un pocos amigos. Devolver las invitaciones es un acto de bondad hacia quienes pensaron en su bebé. ¿Las fotos? A medir: no es un evento VIP y no a todo el mundo le gusta la exposición en las redes sociales, tenlo en cuenta.
9 Un pequeño genio - Para ser claros, todos los padres están orgullosos del progreso de un niño. Precisamente por eso debemos empezar a pensar en lo inútil que es magnificar las virtudes del pequeño. Para todos, excepto los padres y abuelos del pequeño en cuestión, esta lista de méritos solo hace más evidentes sus defectos… que incluso el pequeño que tiene, como todos nosotros. Hoy en día, creer que tienes un hijo especial e increíblemente precoz es un pensamiento muy extendido. La verdad es que todos somos únicos, cada uno tiene sus propios talentos y tiempos. La rareza es enseñar y aprender modestia.
10 Las peleas de los niños - Como han demostrado ampliamente los expertos, discutir tiene un papel positivo para el crecimiento porque significa cuestionar, aprender de los demás y con los demás. Cuando los niños están solos establecen su propia pequeña sociedad en la que reproducen acciones y jerarquías que volverán en su futuro como adultos, por lo que es importante dejar que lo hagan y no intervenir a menos que se trate de episodios realmente graves. Puedes salir adelante, aquí tienes el mensaje que te hace crecer: empecemos a decirlo. A los más pequeños y a nosotros mismos.