¿Enseñar a los niños a ordenar su dormitorio parece una misión imposible? Aquí están nuestros consejos siguiendo el Método Montessori
L 'adulto es guardián del medio ambiente en el que tanto él como el niño viven: esta es la piedra angular de la filosofía de María Montessori y desde aqui empezamos a descubrir cómo enseñar a los niños a ordenar. Ocurre en todos los hogares: cuando llega un niño, las habitaciones pronto se transforman en un parque infantil, con coches, colores, marionetas y muchos otros objetos que invaden la sala de estar y el dormitorio.
L 'el orden es esencial no solo para evitar que las madres se vuelvan locas, sino también por qué funcional para el desarrollo del orden interno: su hijo podrá así centrarse más y en consecuencia de aprender mejor. Un entorno ordenado permite que el niño viva de manera ordenada. Y no olvidemos: según el Método Montessori todo lo presente en el lugar que dedicamos a los niños debe tener un propósito propio. Lo que no se necesita no es necesario.
Así que si somos nosotros los que vamos a ofrecer a los más pequeños lugar adecuado para el desarrollo también debemos enseñarles cómo ordenarlo. ¡Aquí tienes nuestros consejos para que tu bebé se ponga en orden!
El ejemplo es fundamental
Si mamá y papá son ordenados, los niños también lo serán. Dar ejemplo correcto por eso es importante ya que sus hijos son muy pequeños. ¿Crees que al año no se dan cuenta de lo que estás haciendo? ¡Error! Los niños son como esponjas y si les demuestras que, al final de un juego, lo que se ha usado hay que guardarlo, se acostumbrarán a pensar que es la fase final de la actividad y así se convertirá en un hábito para ellos. .
Ordena colaborando con mamá y papá
Si en una primera fase inevitablemente el tarea de ordenar pertenece a los padres, alrededor de los dos años puedes empezar a pedirle al niño que colaborar: la puesta en marcha no debe vivirse como un momento frustrante, ya que es necesario para luego pasar a las actividades que desea realizar más adelante. Pídale a su hijo, con calma y paciencia, que le ayude a guardar el material utilizado para el juego y recuerde que el entorno no debe ensuciarse o será difícil convencer al niño de que la práctica de ordenar es fundamental.
Educar al niño en las habilidades manuales
Hoy nuestros hijos lo pasan mal centrarse porque sufren tantos estímulos al mismo tiempo. La concentración, sin embargo, también es una habilidad que se enseña. ¿Me gusta? A través de actividad de repetición. Transferir objetos (puedes probar con nueces o pasta seca) de un recipiente a otro y repetir la acción cuando esté terminada es un primer paso para acostumbrarte a la concentración. Además, organizar el juego que quieren jugar juntos es una forma de explicarle todo el proceso al niño, desde la preparación (por ejemplo, la elección de los materiales que se utilizarán) hasta el orden. Este último paso será fundamental y completamente natural.
El pedido comienza desde la habitación del niño.
¿Los juguetes de su hijo se tiran a granel? Es difícil convencer a un niño de que el orden es importante si no se acostumbra a vivirlo: organizar el dormitorio o el lugar de la casa que se le dedica de manera ordenada significa que él mismo busca el orden. Dioses contenedores de diferentes tamaños, colocados en estanterías a su altura, y organizados según las peculiaridades de los juegos (en uno ponemos las construcciones, en el otro los colores, en el otro los coches o muñecos, etc.), crean un orden mental en el niño. El ejemplo en este caso también será importante: enséñale a tu hijo cómo manejar los contenedores y él repetirá la acción de forma natural incluso por sí mismo. En el método Montessori no se explica verbalmente, pero mostrándose, de modo que el niño sea llevado fácilmente a laemulación.