Miedo a volar: cómo combatirlo y superarlo

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¿Subir al avión y disfrutar del viaje sin ansiedad? Puedes, trabajando en tus miedos

Allí miedo a volar es, en primer lugar, un bloqueo psicológico y por lo tanto es desde tu mente que tienes que empezar. Debes ser el primero en creerlo, en querer fuertemente cambiar tu vida y finalmente poder tomar un avión sin provocar ataques de pánico. Básicamente tienes que convencerte de una cosa: tu miedo es tu peor enemigo, así que tienes que declararle la guerra y combatirlo con determinación, hasta ganarlo. Puedes tomar esta experiencia como un excelente ejercicio de entrenamiento autógeno: aprender a gestionar esos miedos que, aunque atávicos, siguen ligados a la parte más emocional de nuestro inconsciente y como tales pueden controlarse con el ejercicio del razonamiento.

Para que tu batalla contra el miedo a volar te vea como un ganador debes, en primer lugar, eliminar cualquier pensamiento negativo. Para ello debes evitar estímulos que no vayan al destino correcto. Algunos ejemplos: artículos que hablan de desastres aéreos o incluso simplemente de averías, pero sobre todo película es Series de Televisión donde la catástrofe reina suprema, especialmente a gran altura.

Los aviones son dioses medio de transporte bastante seguro y, con las estadísticas en la mano, podemos decir que lo son incluso más que los coches. Empiece por esta suposición para darse cuenta de que, una vez que se sube, no le puede pasar nada. Si no puedes convencerte a ti mismo, habla con personas que viajan con frecuencia y que pueden contarte su experiencia: verás que pueden ser de gran ayuda.

Si viajar en avión le asusta, especialmente las primeras veces, le aconsejamos que no lo hagas solo. Así que elige la compañía de una o más personas de confianza, las que sean claras estarán listas para apoyarte en el primer ataque emocional (así que pasemos de los padres al marido-novio, hasta el mejor amigo). Mejor aún si es alguien a quien le encanta volar: quién sabe, tal vez podría transmitir su entusiasmo.

Hay personas a las que les encanta volar, que una vez subieron se relajan y hasta pueden dormir. Otros, en cambio, están locos por el momento del despegue, tanto que garantizan un asiento junto a la ventana para poder filmar todo con el smartphone (por supuesto con el "modo avión" configurado). Sobre la ventana: hay que decir que la vista desde arriba es maravillosa, especialmente cuando te encuentras sumergido en las nubes. Piensa en todo esto y verás que tú también quedarás fascinado.

Si has probado todos los consejos que te hemos dado, pero no has visto resultados y te has dado cuenta de que eres un caso perdido, tienes una última carta para jugar: contacta con especialistas. De hecho, debes saber que desde hace varios años se organizan (a menudo por las mismas aerolíneas) no solo seminarios, pero reales cursos para aquellos en la misma situación que tú. Hay quienes las han probado y dicen que funcionan, así que si de verdad (a pesar de la buena voluntad y las precauciones) no puedes mantener la calma, danos un pensamiento. ¡La oportunidad de viajar es una oportunidad que no debe desperdiciarse por ningún motivo!

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