Los medicamentos se vuelven imprescindibles para reducir los niveles de colesterol, cuando no bajan a pesar de la corrección del estilo de vida. Y la elección no falta
La primera cura. La clase de ingredientes activos es bastante conocida. De hecho, las estatinas son los medicamentos más conocidos en caso de hipercolesterolemia y tienen un currículo muy respetable de estudios clínicos detrás de ellas. El único defecto: en casi dos de cada diez casos cuando el fármaco se encuentra en dosis elevadas, se pueden desencadenar mialgias, es decir, dolores musculares similares a los que se presentan con la gripe y calambres en las piernas. En estos casos, el especialista intenta cambiar el tipo de estatina, o bajar las dosis de la que está tomando, o que se la tome cada dos días. Sin embargo, estos intentos no siempre tienen éxito. Y es necesario cambiar completamente el tipo de medicamento.
Terapia combinada. Este es el nombre del tratamiento que implica la asociación de una estatina en dosis bajas y ezetimiba. Este ingrediente activo reduce el colesterol en el intestino, con un mecanismo innovador. Y juntos, los dos medicamentos en particular reducen el colesterol LDL, que es el malo. Sin embargo, no siempre funcionan. Puede suceder que no haya efectos positivos debido a factores genéticos, es decir, debido a la presencia de una forma de hipercolesterolemia familiar.
Los nuevos medicamentos. Si el colesterol sigue siendo alto a pesar de los cambios en la medicación, se necesitan inhibidores de Pcsk9. Es una nueva familia de drogas que está por llegar. Y que con un mecanismo completamente innovador tiene la capacidad de reducir drásticamente en particular la concentración de Ldl, que es la parte "mala" del colesterol. Hay dos ingredientes activos y tienen un nombre complicado: evolocumab, que ya ha recibido la aprobación de los organismos farmacéuticos europeos y estadounidenses, y alirocumab.
