volumen de oxigeno que consume por minuto. Allí estilo de vida sedentario hace que este valor disminuya verdaderamente.
Menos fuerza física
Quienes practican deporte habitualmente consiguen adquirir uno fuerza fisica que percibe en cada acción completada, diaria o no. Dejar de practicar deportes y realizar actividad física también conduce a una disminución de la fuerza física.
Se sentirá menos fuerte, por ejemplo, cuando levante una canasta de agua o sostenga a sus hijos durante mucho tiempo. Este tipo de efecto es más gradual que la pérdida progresiva de resistencia, pero está ahí y a largo plazo se percibe de forma marcada.
Aumento de peso y cintura.
Llegamos a uno de los efectos más temidos de un estilo de vida sedentario, a saber, laaumento de peso. Si practica regularmente una actividad deportiva y luego se detiene, los efectos sobre el peso y la silueta se observan en aprox 5 semanas. Lo que aumenta, de hecho, es el Grasa corporal (más del 10%) en detrimento de los magros (músculos).
Quizás el peso no cambie significativamente pero el espejo resistirá una imagen muy diferente, precisamente porque es la forma del cuerpo la que cambia con un aumento del tamaño de la cintura. Este último representa, entre otras cosas, un factor de riesgo para las patologías cardiovasculares y la diabetes.
Empeoramiento repentino del estado de ánimo
Después de una buena carrera, un baño o una sesión de tu entrenamiento favorito, te sientes cansado pero con la cabeza bien. Y todo esto no solo tiene una causa psicológica y relativa Cuídate (que sigue siendo una parte importante de los beneficios del deporte) pero también tiene una causa biológica muy clara. De hecho, cuando entrenas, el cuerpo produce muchos endorfinas.
Las endorfinas son responsables de la relajación, felicidad, euforia y una sensación general de bienestar. Ni que decir tiene que, al disminuir el tiempo dedicado al deporte o al sedentarismo, las endorfinas sufren una verdadera disminución. Y, con ellos, también el estado de ánimo.
En este sentido, un estudio de la Universidad de Duke mostró que el ejercicios cardiovasculares (aeróbico, como corriendo por ejemplo) tienen un efecto similar al de los medicamentos antidepresivos.