Nacieron en Oriente, conquistaron Inglaterra y, en un crescendo, jardines y balcones alrededor del mundo. Después de todo, ¿cómo puedes resistirte a la elegancia de estas flores?
Encanto asiático
Descubiertas en las gargantas donde fluyen los grandes ríos de China y en la maleza de las montañas del sur de Japón, las camelias conquistaron inmediatamente los corazones primero de los asiáticos y luego de los europeos. Las especies silvestres, que llegaron a Inglaterra en forma de semillas en 1740, se convirtieron en los progenitores de muchas variedades que desde entonces han embellecido parques, jardines y balcones.
Cuales preferir
Hay alrededor de 20.000 variedades de camelias. Algunas florecen a mediados del invierno, otras en primavera. Estas últimas proceden de Camellia japonica y sus cruces (Camellia x williamsii) y son plantas perennes de crecimiento lento, que mantienen la apariencia de arbustos durante varios años, ocultando su naturaleza de árboles. En las flores el color dominante es el rosa, en varias tonalidades, seguido del rojo y el blanco. Las corolas pueden ser sencillas, con pocos pétalos, o muy ricas, tanto que parecen peonías.
Como elegirlos
A la hora de comprar una camelia, para asegurarse de que ha sido bien tratada por el viverista, es recomendable tocar la tierra con un dedo y pesar la maceta. Si el dedo se ensucia con tierra y la maceta es pesada, entonces se ha mojado adecuadamente y las raíces no han sufrido.
Costos
El precio depende del tamaño de la maceta, la altura de las ramas y la variedad. De media, desde 10-15 euros para plantas pequeñas, hasta 100 euros y más para macetas de 28 cm de diámetro.
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