No te adaptes a lo que te hace infeliz

El instinto de supervivencia en nosotros es mucho más fuerte que el impulso de ser felices. Aquí pues que también nos adaptamos a las situaciones más críticas pensando que está bien. En cambio, podemos hacer más, y sin salir necesariamente de nuestra zona de confort.

Cuando tu pareja te engañó o tú lo engañaste a él, cuando te ofrecieron un trabajo en el extranjero o simplemente te cansaste del tuyo, cuando te diste cuenta de que todos los demás estaban pasando mientras tú seguías igual, cuántas veces te preguntaron: Voy o me quedo?

¿Estás realmente feliz?

Y ahí la duda se deslizó dentro de ti: "Pero yo Estoy realmente feliz? ". Probablemente te hayas respondido que la felicidad es difícil de definir y que realmente no te puedes quejar, ya has tenido mucha suerte. Después de todo, existe todo un mundo de gente verdadera e inmerecidamente infeliz. En resumen, está bien.

¿Alguna vez has pensado que todo podría ser una forma que tu cerebro pone en marcha para protegerte y no tener que renunciar a tu seguridad? A mecanismo de autodefensa para no tener que cuestionarse y estar tranquilo? Bueno, existe esta posibilidad.

Seguridad vs felicidad

A veces, sin siquiera darnos cuenta, acabamos acostumbrándonos a situaciones que, por más satisfactorias que nos parezcan, en realidad nos hacen infelices. A menudo, la vida transcurre tan rápidamente entre el trabajo, la familia, los niños y varios tipos de tareas, que ni siquiera tenemos tiempo para pensar, para comprender si vamos en la dirección correcta.

Según la Dra. Jennifer Delgado de Psychology Spot, esto sucedería porque “en muchos casos preferimos la seguridad a la felicidad, pasando toda su vida soñando más que haciendo porque eso significaría renunciar a la confianza adquirida ”. Sin embargo, la adaptación es sinónimo de supervivencia, no de felicidad.

Cómo salir de la zona de confort gradualmente

De hecho, a lo largo de los años, un fenómeno de "desensibilización sistemática“Así nos volvemos capaces de adaptarnos realmente a todo sin sentir asombro ni dolor, si acaso un arrepentimiento sutil que se instala y nos hace sentir, de vez en cuando, que algo anda mal.

En uno de estos momentos es importante detenerse un momento y analizar tu situación con claridad: ¿hay algo, pequeño e inmediato, que puedas empezar a hacer por ti mismo sin que lo percibas como irreversible y definitivo? Hay dioses formas tranquilizadoras para crecer o entrar en el mundo sin quebraderos de cabeza: enviar un CV no significa cambiar de trabajo, admitir que tienes una crisis de pareja no significa irse. Reconocer que algo anda mal es el primer paso para cambiar.

En resumen, puedes construye tu felicidad incluso lentamente, sin dejarlo todo necesariamente y huir a Honolulu. Sea consciente, hable con alguien y actuar gradualmente, recordando que hay un momento para la adaptación, en el que descansar en su zona de confort sin culparse a sí mismo, y otro para el cambio.

La clave está en el equilibrio y la escucha: pronto será el momento de actuar, pero lo oirá usted mismo.

Articulos interesantes...