Cómo sentirse bien en invierno y mantenerse saludable

Con la llegada de la estación más fría, nuestra salud, así como nuestro cuerpo (y nuestro bienestar) se vuelven mucho más delicados y frágiles. Aquí hay algunos consejos sobre cómo sentirse bien durante el invierno.

Las reglas para sentirse bien en invierno

En el meses de invierno el cuerpo sufre de falta de vitaminas y minerales presentes en los alimentos frescos de verano. La bajada de la temperatura favorece entonces la tendencia a infecciones más fáciles y la transmisión de virus y bacterias es más fácil porque estás más adentro.

Pero debe enfatizarse que el cuerpo puede ser entrenado paraactividad física y contratación comida saludable. Estos son algunos de los precauciones a seguir para empezar desde hoy el camino que nos llevará a estar bien equipados en invierno y sentirse bien con ellos mismos. Y por supuesto con los demás.

Solemos enfermarnos antes de que llegue el invierno porque el otoño pone al nuestro en grave riesgo sistema inmunitario quien se para en atención. Pero también se estimula para que funcione mejor y más fácilmente durante la estación más fría.

Cómo fortalecer el sistema inmunológico

¿Cómo preparar nuestro cuerpo para la llegada del invierno? Aquí lo tienes cómo fortalecer el sistema inmunológico y afrontar los meses más fríos de la mejor forma posible:

  • Reducir el estrés y dormir más
  • Siga una dieta saludable
  • Ejercicio
  • Beber mucha agua
  • Llénate de minerales y vitaminas

Y ahora te explicaremos en detalle cómo hacerlo.

Reduce el estres

Para que el sistema inmunológico funcione de la mejor manera, es importante mantenerequilibrio de todo el organismo tratando de entender cuando excede el nivel de resistencia del estrés y disfruta de los correctos horas de descanso y el sueño permitirá que el cuerpo tenga más energía.

Siga una dieta sana y equilibrada.

Especialmente en la estación más fría, es aconsejable seguir undieta sana y equilibrada para mantenerse sano y hacer que sus órganos funcionen al máximo.

Lo que ponemos en el plato todos los días puede ser una valiosa ayuda para proteger el cuerpo en otoño e invierno. Allí dieta ideal que acompaña el invierno hay que ver muchos líquidos y un protagonista en la mesa jugos de cítricos así como comidas sencillas y tradicionales.
Nuestro sistema inmunológico necesita minerales como zinc, cobre, manganeso y selenio, además de poderosas vitaminas como la vitamina C, D y todas las del grupo B.

Entonces revisa el tuyo hábitos alimenticios, especialmente las incorrectas, servirán como acción preventiva. Algunos alimentos (pero esto solo se puede establecer con hallazgos personales) pueden acentuar las reacciones inflamatorias.

Ejercicio

En los meses más fríos tendemos a ser más sedentarios, pero olvidemos que el deporte en cambio, es una valiosa ayuda para prepararse para el invierno porque lleva a cabo una acción preventiva frente a posibles dolencias estacionales.

los movimiento de hecho, sigue siendo la mejor manera de endurecer su cuerpo y estimular el sistema inmunológico contra el ataque de virus y bacterias. 3 horas de actividad física a la semana son suficientes para tener una acción preventiva contra los resfriados.

Y no importa qué deporte decidas practicar: ¡lo importante es moverte!

Dieta detox

Un día a la semana dedícalo a la limpieza: nada de alimentos con gluten, prohibición de lácteos, cualquier tipo de levadura y alimentos que contengan níquel. De esta forma le damos al cuerpo la oportunidad de desintoxicarse por completo. Pero es importante, sin embargo eliminar residuos coma alimentos crudos y coloreados como frutas o verduras antes de comenzar cualquier comida, ¡incluido el desayuno!

Cuando comienza el invierno (aunque sea difícil reprimirse porque con el frío aumenta el estímulo del hambre) lo importante es no peses el cuerpo con alimentos que son demasiado grasos y ricos en calorías, lo que podría provocar fatiga. Es mejor evitarlos y variar la dieta tanto como sea posible para mejorar la respuesta inmunológica.

Beber agua

Para eliminar residuos que se acumulan en el organismo y ralentizan sus funciones provocando inflamación es fundamental beber mucha agua. No es una práctica a la que acostumbrarse solo en los meses más calurosos cuando la sed se siente con fuerza, sino también cuando las temperaturas comienzan a bajar porque ayuda a preparar al organismo para afrontar mejor el posible ataque de virus y bacterias.

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