Los secretos para despertar temprano por la mañana, de buen humor y sin traumas

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Levantarse de la cama por la mañana siempre es un trauma. Estos son algunos consejos para un despertar menos desagradable.

La alarma: ese objeto horrible que nos ha perturbado el sueño todos los días durante años, haciéndonos saltar mientras nos hundíamos felices en los brazos de Morfeo. Todavía hay quienes usan el clásico, en una versión más o menos tecnológica, con el botón a presionar para despegarlo. Por otro lado, los que confían en sus teléfonos móviles con sonidos más o menos molestos. Quien, de nuevo, se decanta por la radio sintonizada en un canal de música que se adapta a nuestros gustos.

Cualquiera que sea la herramienta, una cosa es segura: levantarse por la mañana es uno de los momentos más insoportables de la existencia. Un auténtico trauma que día a día seguimos soportando para sobrevivir, siempre ideando nuevos métodos para limitar el daño. Para muchas personas, de hecho, el tipo de despertar es fundamental para determinar el estado de ánimo de todo el día; Despertar bien significa empezar con el pie derecho, con al menos una sonrisa en los labios y la determinación necesaria para el trabajo y el mal tiempo personal.

Suponiendo que no hay forma de saltar de la cama sin ese sentimiento de injusticia, pensamos en hacer una lista de cosas que podrían ayudar. Pequeños trucos para dormir mejor y despertar más satisfecho.

Navega por la galería para conocerlos y ponerte a prueba.

Sentirse nervioso e irritable temprano en la mañana es normal para algunas personas. En algunos casos, sin embargo, estos sentimientos esconden algo más profundo. Puede ser que sea algo relacionado con la salud, el ejercicio o la nutrición que perturbe nuestro sueño haciéndonos menos descansados y menos receptivos al despertar. Intenta seguir una dieta equilibrada, sin sobrecargar por la noche, para moverte con regularidad y comprobar que no tienes problemas mientras duermes (como apnea del sueño o bruxismo).

La clave para una vida sana es beber mucha agua. Mejor si está en ayunas. Es por eso que debes beber un vaso cuando te despiertes. Esto también tendría un efecto beneficioso en su capacidad de respuesta al despertar. Trate de mantener un poco de agua en su mesa de noche que pueda beber tan pronto como abra los ojos. Mejor si es fresco, para dar inmediatamente una sensación de tono. Alternativamente, para aquellos con un esposo o novio particularmente cariñoso, una solución podría ser pedirle que le traiga café a la cama.

A la hora de levantarnos de la cama todos nos convertimos en unos cobardes que pueden encontrar mil excusas para ganar cinco minutos de sueño. Para ello debemos ser capaces de admitir nuestra debilidad y burlarnos de nosotros mismos ideando métodos que nos obliguen a reaccionar de inmediato ante la alarma. Un truco podría ser dejar su teléfono celular (o despertador) en algún lugar de la habitación donde deba levantarse para apagar el sonido. Alternativamente, existen aplicaciones específicas que lo obligan a realizar ejercicios o responder preguntas para permitir el cierre.

Es un consejo trivial, pero siempre eficaz. Beber cafeína o alcohol no ayuda a dormir bien y, en consecuencia, a despertarse de buen humor. Estas sustancias, de hecho, requieren de nuestro cuerpo un esfuerzo extra para poder ser eliminadas, perturbando nuestro sueño. Por lo tanto, es mejor evitar tomarlos por la noche, al menos entre semana.

Las sales aromáticas tienen orígenes antiguos. Se han utilizado durante siglos con el propósito de despertar a las personas y todavía pueden resultar útiles en la actualidad. Simplemente elija una fragancia que no disguste. Trate de mantener un frasco cerca de su cama y olerlo tan pronto como se despierte. También puedes probar los aceites esenciales. Las más adecuadas serían azahar, menta o pomelo: delicadas pero decididas. Para un despertar sensorial más que físico.

Muchas personas necesitan una oscuridad total para poder dormir. La investigación del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales ha demostrado que se despierta más fácilmente con la luz. Y hasta ahora nada extraño. Sin embargo, estos datos pueden aprovecharse a su favor dejando una pequeña abertura cuando cierre las persianas por la noche. De esta forma la luz comenzará a entrar gradualmente en la habitación, enviando la señal a tu cuerpo de que se acerca la hora de levantarte.

Si su problema no es el tipo de despertar, sino el despertador real, puede intentar sincronizar su cuerpo para prescindir del artilugio que suena infernal. El proceso fisiológico que determina el sueño y la vigilia es el circadiano, un ciclo que, en el ser humano, se adapta a las 24 horas del día, y que se puede configurar mediante el entrenamiento para despertar siempre a la misma hora. Para conseguir que el cuerpo se imponga a este tipo de despertar es necesario madrugar incluso los fines de semana, al menos por primera vez. Solo gracias a la rutina nuestra mente podrá programarse y funcionar por sí sola sin la ayuda del despertador.

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