Cómo enseñar a los niños a amar a los animales

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El respeto y el amor por otros seres vivos que pueblan la Tierra se puede aprender desde temprana edad: algunos consejos para enseñar a tu hijo a amar a los animales

Niños y animales son una combinación casi perfecta, como demuestra el éxito de la terapia para mascotas en el tratamiento de muchos trastornos del aprendizaje y del desarrollo.

Sin embargo, el respeto y el amor por todas las formas de vida que no son humanas es parte de ese complejo de valores que todo padre le enseña a su hijo. La experiencia y el ejemplo que transmitimos a los más pequeños de la casa, de hecho, también en este caso juega un papel fundamental en la formación de su personalidad y sus elecciones como adultos.

Los beneficios de Relación entre animal y ser humano. a menudo se han demostrado y experimentado en todas las edades. Por eso pensamos en darte algunos consejos para ayudarte a enseñar a tus hijos a amar a los animales.

A menudo, cuando se trata de acercar a un niño a un animal, se tiende a humanizar al animal para acercarlo. Es cierto que los animales sienten emociones exactamente como los humanos, pero no debemos exagerar para no confundir las ideas del bebé. En muchas caricaturas los animales son representados de manera cada vez más similar a los humanos, para compensar este aspecto es necesario que los niños también aprendan sobre animales reales, a través de documentales y la vida real.

Es igualmente importante que los niños comprendan que los animales no son juguetes o seres extraños con los que experimentar. Hay que explicarles que los perros, gatos y cualquier otra especie son capaces de experimentar sensaciones, como dolor físico y emociones. Si decides hacerte con una mascota, sigue a tu hijo y enséñale a no tirar de la cola, los bigotes o exagerar al mostrar afecto, como lo haría con un peluche.

Si ve un animal herido o enfermo en la calle, en el jardín o en cualquier otra situación, no pase. Su hijo memoriza todos los comportamientos, incluso si es inconsciente. La indiferencia es el peor sentimiento que puedes transmitir. En cambio, enséñele a cuidar de los seres vivos, de cualquier ser vivo. En una circunstancia de este tipo, se lleva al animal a un centro forestal oa una oficina de protección animal.

Para que los niños aprendan a amar a los animales, necesitan conocerlos. Para ello, los libros o los documentales no son suficientes. La experiencia es la mejor de las escuelas. Si tienes o no un perro o un gato en la casa, no importa. Tómate un tiempo el fin de semana para organizar un agradable viaje a una granja, a la montaña, al mar, a algunas reservas y dedica unas horas a explicarle a tu hijo quiénes son y qué hacen los animales que ves. Para él será un día inolvidable e informativo.

Siempre se dice que los niños son como esponjas que absorben todo lo que ven. Este aspecto siempre debe tenerse en cuenta, incluso en lo que respecta a las relaciones con los animales. No abuses de tu perro, evita hacer malos comentarios por estrés y cansancio cuando llegues a casa y no tengas las ganas ni el tiempo para cuidarlo. Su hijo lo está mirando y es poco probable que lo que ve se le escape de la cabeza. Enséñele a respetar todas las especies animales, incluso las más feas y temibles. Explícale que todo ser vivo es importante para el equilibrio natural y que incluso los más peligrosos no son malos, sino que responden a necesidades y sentimientos.

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