Cocinar postres (para otros) es bueno para la salud, ¡dice la ciencia!

Disminuye el estrés, aumenta la creatividad y suaviza las tensiones. ¡Cocinar postres para otras personas es bueno para la salud e incluso puede reemplazar la meditación!

Por último, pero no menos importante … pero no necesariamente. El postre no es solo un abrazo programado al final de una comida: puede llegar inesperadamente como regalo en cualquier momento del día. Si recibir un dulce desencadena emociones de alegría, prepararlo no es una excepción: estudios recientes de la Universidad de Boston, realizados por la psicóloga y neurocientífica Donna Pincus, demuestran que cocinar dulces para los demás es bueno para la salud.

Parece que, al igual que ocurre con las expresiones artísticas como jugar o pintar, hacer postres en casa es una actividad terapéutica que disminuye el estrés y reconcilia, consigo mismo y con otras personas, especialmente con los destinatarios de magdalenas, tartas, donas y tartas de manzana.

Las ventajas de la repostería casera no deben subestimarse: pueden sustituir la sesión de meditación diariamente y conviértete en un cita motivacional. Este es el por qué.

Porque mejora la relación con nosotros mismos

Haz algo con tus propias manos, que requiere creatividad pero también atención y concentración, como seguir una receta de postre, es terapéutico y despierta algunas habilidades latentes. Así es como yo dulces caseros se convierten en uno herramienta para aliviar el estrés y resucitar después de un día difícil. No solo eso: preparar postres para otros puede recarga tu energía con efectos positivos en la psique y el cuerpo. Estos son los principales.

1. Alivia el estrés

Pensar solo en lo que está haciendo, sin cavilar sobre el pasado o hacer proyecciones para el futuro, es bueno para la mente. Más: según la filosofía del "aquí y ahora" vive plenamente el presente ayuda a ser feliz.

Preparar un postre sin distraerse es una forma sencilla y creativa de desconectar de las preocupaciones y por tanto disminuir el estrés y la ansiedad y aliviar algunas dolencias psicosomáticas simples.

2. Incrementa tu concentración

A menudo sucede que te sientes agotado y pierdes la capacidad de lograr una meta. En lugar de insistir sin obtener resultados (¡y aumentar el nivel de nerviosismo!) Es mejor dedicarse a otra cosa para recuperar la energía y la concentración. Cocinar un postre ayuda libera tu mente y para volver a un estado de presencia: seguir la receta, pesar los ingredientes y calcular los tiempos tiene un efecto de calma ya que reduce los estímulos externos y resta la multitarea. Hacerlo por los demás empuja a uno mayor concentración porque el propósito es hacer feliz a alguien.

3. Despierta la creatividad

Quienes realizan trabajos mecánicos y repetitivos o, por el contrario, tareas que requieren continuos destellos de genialidad, suelen ser víctimas de descensos y bloqueos creativos. Los métodos para despertar el lado ingenuo y poco convencional de cada uno de nosotros a menudo tienen que ver con soltar las riendas y Déjalo ir.

La pastelería, incluso cuando es amateur, tiene la ventaja de no parecer extranjera -como podría serlo el teatro de improvisación- y de despertar recuerdos y sensaciones vinculado a los sabores y pasado con los destinatarios del postre. Un arma muy poderosa para reiniciar la creatividad, en todos los campos.

Porque mejora nuestras relaciones con los demás

La ansiedad, el estrés y la frustración son sentimientos negativos que afectan nuestras relaciones personales y laborales. ¿Puede una tarta casera mejorar la relación con el colega que intenta anularte en la oficina o con vecinos demasiado ruidosos? La respuesta es sí. Pero el mérito no es de azúcar y melaza, sino de un actitud más altruista (¡pero aún más decisivo!) hacia el mundo.

Una vez más, hacer dulces para los demás es bueno para tu salud, incluso para quienes te rodean. Aquí están los "beneficios compartidos" lo más importante.

1. Desarrollar el altruismo

Ser desinteresado no es un don innato. Allí generosidad hacia los demás entrena, incluso con pequeñas acciones como preparar un pastel para dárselo a alguien, conocido o desconocido.

Dedicar parte de tu tiempo a los demás ayuda a no dramatizar los pequeños problemas cotidianos y aumenta el deseo de para compartir opiniones y pequeñas ansiedades. Ganan relaciones pero también metabolismo es defensa inmunitaria que parecen beneficiarse de acciones altruistas.

2. Trae problemas sin resolver

Ignorar las emociones profundas durante mucho tiempo es como hacer estallar una bomba de tiempo. Cocinar postres para los demás y dedicarse a esta actividad sin distracciones conduce a un pequeño viaje interior impulsado por los sentidos que nos lleva a oler, tocar, degustar los ingredientes y devolvernos a un estado primordial de bienestar. En este punto es casi inevitable desbloquear emociones y situaciones no resueltas, quizás con el destinatario del postre. ¡Los nudos llegan a un punto crítico y se derriten!

3. Incrementar la autoestima

Muchas de nuestras relaciones se ven afectadas negativamente por una baja autoestima: disminuirte a ti mismo empeora inevitablemente las relaciones. Entre las técnicas para recuperar la confianza en uno mismo hay que ayudar a alguien sin esperar algo a cambio. A menudo, de hecho, las personas ansiosas e inseguras se centran en sí mismas, mientras que las personalidades más decididas se ocupan de los demás. ¿Por qué no empezar con un postre casero?

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