Comer en Expo: los mejores restaurantes, los más baratos, los que hay que probar

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¿Está planeando su visita a la Expo y está indeciso sobre qué restaurantes vale la pena probar? Te ayudamos

Para empezar bien, puedes partir del Pabellón Zero y degustar el plato simbólico de Milán, el risotto de azafrán, elaborado por Davide Oldani, chef embajador de la exposición. Para los golosos también existe la variante con panettone. El precio es de diez euros por una ración no exagerada pero sabrosa. En general, entonces, hay muchos puestos de marca donde se puede comer sin gastar demasiado. Algunas de ellas son las de las grandes fábricas de embutidos italianos, como Citterio y Beretta, donde podrás tomarte un bocadillo rápido y seguir descubriendo Expo.

El pabellón francés es hermoso de ver y degustar. En el primer piso se encuentra el Café des Chefs, donde los grandes nombres de la cocina internacional, premiados por la asociación Bocuse d'Or, entre los más prestigiosos del mundo, se alternarán a lo largo de la duración de la Exposición. La idea es ofrecer platos de alta cocina francesa a precios asequibles. El menú découverte, que incluye tres platos y un postre, cuesta 37 euros, pero también se puede pedir a la carta.

La carne argentina es mundialmente famosa y los restaurantes latinoamericanos han comenzado a aparecer como hongos en varias ciudades. En Expo es posible degustar un poco de todo, desde bocadillos de carne acompañados de salsa criolla hasta parillada mixta, una maxi grill acompañada de verduras. Los precios van desde los 5 euros por bocadillos hasta los 20 euros por plato.

Pocos hablan de ello, pero dentro de Expo también hay quienes han pensado en los celíacos proponiendo variantes sin gluten en sus restaurantes. En total son nueve y es posible encontrarlos en los pabellones de Israel, Italia, Gran Bretaña y Holanda. Veinticuatro, sin embargo, los lugares que han pensado en menús vegetarianos para satisfacer todos los paladares.

Entre los restaurantes más populares se encuentra el del Pabellón de Corea del Sur, donde se pueden degustar delicias orientales a un costo aceptable. El lugar es completamente blanco y con un ambiente minimalista. El mayor defecto es que hay que armarse de mucha paciencia, porque hay largas colas. Incluso sucedió que a muchos les dijeron que la cocina ahora estaba cerrada porque se había quedado sin suministros. El menú incluye platos a la carta o con la modalidad degustación, por un coste que ronda los 20 euros.

Mucho se ha hablado del recibo salado que le entregaban a un visitante después de comer en Minokichi, el restaurante del Pabellón de Japón. Por un solo plato puedes gastar hasta 120 euros. Hay que decir que el menú propuesto no tiene nada que ver con la cocina japonesa a la que estamos acostumbrados. Nada de sushi y sashimi, por así decirlo. Los platos son mucho más elaborados y raros, aunque sin duda caros.

Una buena alternativa a los restaurantes son los quioscos repartidos aquí y allá cerca de los pabellones. Cada nación tiene sus propias camionetas en las que ofrecer platos típicos y rápidos. Entre los italianos cabe mencionar el food truck del Unico Milano (junto al pabellón de China), el restaurante estrella de Felice Lo Basso, que ofrece menús por menos de 15 euros, y el de Bello e Buono para degustar el típico "cuoppo "Napolitano con platos fritos de la tradición napolitana. Entre los extranjeros a destacar los puestos holandeses que ofrecen bocadillos con hamburguesas, hot dogs y batidos a precios moderados, los indonesios que por solo 5 euros ofrecen una ración de pollo satay y una bebida.

También hay muchos lugares que están equipados para un aperitivo con ofertas creadas específicamente después de las 6 pm Entre estos, el vietnamita tiene mucho éxito, ofreciendo una variedad de degustaciones de platos típicos en mini raciones para acompañar un cóctel exótico o un refresco clásico. Si, por el contrario, prefieres el happy hour al estilo italiano, la respuesta viene de Slow Food, que dentro de su pabellón ofrece una tabla de quesos acompañada de una buena copa de vino. Precio: 10 euros.

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