Aprende a decir no

Tabla de contenido

Incluso cuando quieres decir que no al final, ¿dices que sí? ¿Aceptas favores para hacer, tareas que no te pertenecerían y que no se te pueden negar? Siga nuestros consejos y aprenda a hacer cumplir sus límites

Decir que no es un arte que se aprende. Sí, porque en realidad desde pequeños nos educan para agradar a los demás, no defraudarlos, no desconocer sus expectativas.

En realidad, estas reglas, que se instalan en nosotros año tras año, a menudo nos llevan a pensar más en los demás que en nosotros mismos, para dar más importancia a sus peticiones que a nuestras necesidades.

¿El resultado? A menudo no podemos decir que no cuando un amigo, novio, familiar o colega nos pide algo, desde el más mínimo favor hasta el pedido más exigente.

Pero con paciencia, perseverancia y práctica puedes aprender a fortalecer la autoestima, indispensable para hacernos valer, para establecer límites de cumplimiento que no deben excederse y, cuando sea apropiado, para di no sin culpa.

En el trabajo y en la vida privada sufrimos diversos ataques a nuestra autoestima que nos llevan en varias ocasiones a percibir no vale lo suficiente, no estar a la altura.

Todo lo que nos rodea nos dice que podemos lograr cualquier objetivo siempre que lo deseemos; nuestra sociedad transmite el mensaje de que no hay límites, pero no es así; todos tenemos nuestros limites, nuestras fronteras, pero difícilmente podemos hacerlas cumplir y respetar nosotros mismos.

Entonces, si en el trabajo ya estamos siguiendo una serie de proyectos que sabemos que nos quitarán todo el tiempo disponible, si alguien nos pide un favor (cruzando nuestras fronteras), a menudo decimos que sí (rompiendo nuestras fronteras). ), aunque sepamos muy bien que va más allá de nuestros medios y que sería más prudente decir que no.

Es necesario decir que no cuando otras personas (o nosotros mismos) traspasamos los límites que nos hemos marcado. Nuestros límites son una demarcación creada sobre la base de nuestras ideas, nuestra ética, nuestro tiempo, nuestro bienestar al final. Estos límites también definen la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás.

La mayor parte del tiempo nos damos cuenta en retrospectiva de que nos hemos exigido demasiado, que hemos superado nuestros límites y percibimos demasiado tarde que otros no los han respetado.

Una cosa es cierta: sin nuestra contribución, en la mayoría de los casos no hubiéramos llegado a la frontera.

Casi siempre nos damos cuenta cuando cruzamos nuestras fronteras o cuando otros lo hacen. Es nuestro cuerpo el que nos manda mensajes que puede ir desde la sensación de malestar, ansiedad hasta enfermedades de estrés real.

La primera regla es: establezca sus límites claramente y trabaje para no los supere.

Si ignora sus límites, es normal superarlos, intente hacer más. De esta forma es más fácil fallar lo que presiona nuestra autoestima y el resultado es que recuperarnos en comparación con los demás. nos adaptamos a criterios externos a nosotros que nos llevan a traspasar nuestras fronteras nuevamente, y se convierte en un círculo vicioso.

Cuando establecemos nuestros límites debemos prestar atención a lo que son adecuado: si son demasiado estrechos, nos debilitamos al no permitirnos usar plenamente todas nuestras habilidades y potencial, si establecemos límites demasiado amplios, corremos el riesgo de no ver cuando se pasan por alto.

La claridad en la comunicación con los demás, la claridad del propio valor, la claridad de los límites son la base para poder eludir a toda costa los mecanismos de ajuste.

Evite el error de encerrarse detrás de un muro fronterizo infranqueable, pensando que las únicas alternativas son la distancia total o la proximidad excesiva. LA los límites son variables dependiendo del momento, de nuestra condición y de las personas a las que nos enfrentamos.

Los límites amistosos son diferentes de los límites profesionales, y los límites profesionales pueden diferir según el entorno en el que te encuentres.

Ser consciente de nuestros límites correctos también le permite estar consciente de queriendo intentar superarlos y muévelos un paso más allá.

Preste atención a la comunicación y tenga mensajes no verbales.

Una sonrisa que creemos que se puede utilizar para distanciarse en un 90% transmite un mensaje contradictorio, el imitación facial y tono son esenciales para transmitir la información correcta.

Las manos pueden ayudarnos a mantener la distancia, yo señales de cierre hechos a mano son muy eficaces en la comunicación no verbal.

El último consejo, el más importante, es sin duda el más banal pero el más difícil de lograr el éxito: trabaja en tu autoestima, tu singularidad, tu talento.

Trabaja para ganar el necesidad malsana de adaptarse, escuche a su cuerpo cuando no respete los límites y aprenda a reconocer el error.

Un ejercicio práctico para empezar a darnos cuenta de que la dificultad de decir no pesa mucho en nuestra vida es toma un cuaderno y escribe cada vez que respondemos afirmativamente a una solicitud, que puede ser muy pequeña o muy grande; en la otra página notamos cada vez que respondemos que no.

Al final del día encontrarás que la diferencia entre las dos páginas es enorme. En este punto le das un valor de dificultad a estas solicitudes, de esta forma verás claramente cuando has cruzado tus fronteras.

Articulos interesantes...