10 formas de vivir el invierno

Diez inspiraciones para disfrutar mejor la temporada más fría

Empiece a vivir el invierno de forma diferente: ¿alguna vez pensó que incluso el mal tiempo tiene sus ventajas? Por ejemplo, según varias investigaciones médicas, correr al aire libre durante el invierno ayudaría al metabolismo y el proceso de adelgazamiento en lugar de correr en verano: una razón más para salir de casa y deleitarse con la caricia del aire fresco en la cara.

Aquí hay 10 estrategias útiles para sobrevivir a las heladas y sonreír. ¡Incluso con mal tiempo!

1. Un buen día empieza por la mañana

¿Empieza un buen día al despertar? No es una empresa sencilla, responderás. Sin embargo, es cierto: durante el invierno, especialmente debido al frío y la poca luz, nos sentimos más perezosos y el deseo de hibernar se eleva a picos sin precedentes. Despertar con una sonrisa es fundamental empezar bien el día.

Intente activar la alarma en un cuarto de hora. Puede aprovechar esta fracción de tiempo para desayunar tranquilamente (tal vez prepare lo necesario la noche anterior), dése una ducha perfumada o disfrute del calor de la cama, estirando los músculos en un suave estiramiento. Tómate un descanso para ti solo te dará la energía que necesitas para afrontar el día con más sprint … y despertarte con más ganas.

2. Vístete de colores… ¡es el nuevo negro!

¿Los suéteres y abrigos te hacen sentir más pesado y gris con los colores sombríos del invierno? Cambiar hábitos e este invierno elige el color: ¡Basta con los edredones negros habituales! Para redescubrir la alegría, busque la ayuda de la moda. Recubierto de energía con abrigos y vestidos de colores!

Enfréntate al cambio de vestuario sin miedo: sé implacable y trata de mantener solo el ropa que te haga sentir muy bien en tu piel. Puedes organizar una tarde de trueque con amigos y divertirte en intercambiar ropa y zapatos. Y recuerde: a veces solo un accesorio o una joya caprichosa es suficiente para dar nueva vitalidad al suéter de siempre y hacerte sentir sensualmente chic.

3. Afronta la tristeza estacional sin miedo

La tristeza estacional existe y marca un momento en que nos sentimos mas frágiles y expuesto a nuestras debilidades: en lugar de tenerles miedo, comienza a dialogar con esa sensación de melancolía que nos embarga durante la mala temporada.

Puede hablar de su necesidad de tienen ritmos más lentos, la necesidad de su cuerpo de sentirse tan en línea y libre como ocurre en el verano, o compromisos que a veces abarrotan tu día con graves consecuencias en términos de estrés. Pregúntese qué está pasando e escucha las sensaciones mas profundas de tu cuerpo.

En la vida campesina, el invierno se consideraba un período de régimen de baja actividad: hoy estamos desconectados de los ritmos de la naturaleza pero seguimos ligados a ella de manera primordial. A pesar de los compromisos, intente reducir la velocidad: a veces la mala temporada simplemente sugiere la redescubrimiento de la lentitud.

4. ¡Muévete!

Practicar deportes es importante, especialmente durante el invierno, cuando las oportunidades para descansar se multiplican junto con las calorías de los platos típicos de los días fríos. Según algunos estudios, el deporte desencadena mecanismos neuronales como haznos más eufóricos y enérgicos, siempre que se elija sobre la base de las pasiones de uno. ¿El objetivo? Sin desafío, el simple placer de siente tu cuerpo más tonificado y elástico.

Experimente deportes que nunca ha hecho y tal vez organizar la salida con amigos: hacer actividades juntos te dará más motivación. lata prueba aeróbicos acuáticos, ponerse el bañador y zambullirse en el agua encontrando una pizca de verano, o una disciplina como el zumba, perfecto para combinar fitness y música.

¿Prefieres practicar una actividad menos costosa? La mejor actividad para mantenerse en forma (¡sin costo alguno!) Es correr: trotar o simplemente caminar ayuda al metabolismo, mejora la epidermis y se considera un antidepresivo natural.

5. Cuida tu belleza

Si el período invernal lo apaga, encienda su entusiasmo con un pequeño regalo para darte a ti mismo: aprende a cuidar tu belleza.

Nosotras las mujeres nos volvemos fácilmente intratables cuando no nos sentimos atractivos. Intenta pensar que tienes todo el invierno para conseguir la forma que deseas. Disfrute de algunas golosinas, pero recuerde usar muchas sopas y caldos para purificarte. Protege tu piel con aceites naturales y bebe mucha agua.

Crea tu propio ritual de belleza transformando la casa en un spa: solo necesitas un exfoliante, una vez a la semana, o una mascarilla que puedes preparar tú mismo. ¡Diversión y bienestar garantizados!

6. Llénate de luz

Aprenda a perseguir la luz: la fototerapia es un ayuda contra la depresión e implica el uso de lámparas infrarrojas, pero puede evitar el gasto con un estimulante (¡y gratis!) caminar al aire libre.

No se limita a tomar el sol en la montaña: aproveche los hermosos días soleados para caminar durante las horas del día. Puedes aprovechar la oportunidad de la pausa para el almuerzo: 15 minutos o media hora, para los que tienen más tiempo, es suficiente para Estira tus piernas y respirar el mundo que te rodea. La luz natural revitaliza la piel … ¡y el estado de ánimo!

7. Medita

Limpiar y entrenar el cuerpo es al menos tan importante como lo es encuentra un momento de desapego y silencio para redescubrir nuestra interioridad: hacer yoga es bueno para el corazón, nos ayuda a envejecer bien y ayuda a la mente a encontrar una mayor concentración, una excelente herramienta para escapar del estrés y vivir el día a día de una forma más relajada.

No esperes a tener tiempo: un cuarto de hora es suficiente meditar y aislarte en un lugar tranquilo donde contemplar en silencio el movimiento de tus pensamientos. ¿La estrategia diaria? Disminuye la velocidad, porque cuando corres demasiado, puedes encontrar tiempo de nuevo. es necesario parar.

8. Disfruta tus espacios

No hace falta decir que las tardes de verano, cuando es posible, son maravillosas. quédate hasta altas horas de la noche y percibir un día casi interminable. Sin embargo, el invierno también tiene sus ventajas: por el frío y la oscuridad. hay más ganas de quedarse en casa. ¿Por qué no aprovechar la oportunidad para leer ese libro que hace tiempo que desea comenzar?

Al principio, sobre todo si sales a menudo de noche, te parecerá casi extraño percibir el silencio de la casa, pero pronto descubrirá que tiene noches enteras a su disposición para experimentar con nuevas actividades y pasatiempos.

Transforma tu hogar en un cálido nido, con cómodos sillones, un plaid envolvente y muchas almohadas… ¡Y luego invita a tus amigos! Será maravilloso compartir, por ejemplo, una vez a la semana, una velada dedicada al cine o cocinar juntos platos deliciosos para comer mientras el invierno arrecia más allá de las ventanas.

9. Viajes

Tenemos que admitirlo: a diferencia de las generaciones pasadas, para nosotros la máxima comodidad es normal y quizás por eso tendemos a la pereza, especialmente durante el frío invierno. Se necesita un poco de esfuerzo: aprende a no temer al frío y entrénate para vivir el frío de la mala temporada de una manera diferente, dejándose inspirar por el entusiasmo del aire fresco.

Viajar crea estímulos y te permite conocer nuevos lugares y nuevos estilos de vida. No hace falta ir muy lejos: media hora en tren es suficiente y una tarde libre en un pueblo cercano, por descubrir entre exposiciones y paseos no programados.

10. Aprenda a reducir la velocidad

La temporada de invierno a través del espectáculo de un naturaleza cristalizada en blanco silencio de un momento helado nos deja una lección importante: la capacidad de saber frenar.

Como animales que hibernan, nosotros también podemos aprender a administrar el tiempo de manera diferente: esforzarnos demasiado con trabajo y compromisos no nos hace más productivos. Trate de lidiar con una cosa a la vez, dándose una serie de metas pequeñas y a largo plazo. Cuida tu cuerpo y espíritu con delicadeza, cuida tu piel y mejora el sistema inmunológico gracias a una dieta equilibrada.

Tómalo con calma. No dude en regálate una taza de té de hierbas caliente y encuentra, en el frenesí de los días, un momento para dedicarte a ti mismo y al silencio. Un silencio para contemplar y escuchar, mezclado con los ritmos de la lluvia torrencial y la nieve fina. Salir del invierno paso a paso, a través del viaje por las estaciones del alma.

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