Sin cistitis menopáusica

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Después de los 50 años, las personas son más propensas a las infecciones del tracto urinario. Con estas cuatro estrategias los mantienes alejados

Una de cada dos mujeres menopáusicas padece cistitis. Se desencadena por la caída de estrógenos, que también puede provocar cambios en las zonas íntimas. De hecho, puede provocar un adelgazamiento de las paredes vaginales que se vuelven menos elásticas. Esta situación conduce con el tiempo a una menor resistencia a la agresión de virus y bacterias y por tanto a una mayor facilidad de contagio.

La vejiga y la uretra también pueden tener el mismo problema con respecto al sistema urinario porque, como en el caso de la vagina, pierden elasticidad por un cambio en la mucosa y se adelgazan. Y todo esto una vez más allana el camino para una mayor incidencia de acidez y cistitis.

Si se reconoce en estos síntomas, no pierda el tiempo, pero hable con su ginecólogo. De hecho, hoy en día existen soluciones que hacen retroceder el reloj incluso ahora que estás en la menopausia. Sin embargo, mientras espera el día de la cita, ponga en práctica estas reglas.

El lavado natural

Beba al menos un litro y medio de agua mineral natural durante el día: el agua "lava" el tracto urinario y elimina la mayoría de las bacterias responsables de la cistitis.

El jugo del despertar

Empiece el día con un vaso de jugo de arándano. Contiene mirtilina, sustancia con acción antibacteriana. Y una vez al día siempre tome dos tabletas de arándano.

La planta anti-quema

Toma un vaso de agua con 30 gotas de extracto de malva dos veces al día. Tiene una acción antiinflamatoria y retardadora, lo que ayuda a mantener alejada la sensación de ardor.

Higiene íntima verde

Utilice un producto lo más neutro posible para la higiene íntima.

Y por la noche, añadir una infusión a temperatura ambiente preparada con un litro de agua hirviendo y dos cucharadas soperas de tomillo y dos de romero.

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