La fábula de la tradición popular… y un final alternativo. Para enseñar a los más pequeños que siempre es posible usar su imaginación
Allí versión más conocida de Caperucita Roja es la historia de los hermanos Grimm, que se remonta a 1857, sin embargo hay una historia más antigua, Le Petit Chaperon Rouge, escrita por Charles Perrault en 1697. En palabras de Perrault, Caperucita Roja es una niña de una buena familia, más grande que la niñita imaginada por la tradición popular. Según algunas teorías psicoanalíticas, la gorra roja sería el símbolo de la entrada en la pubertad, como recordatorio de la sangre menstrual. La fábula, como todos los cuentos tradicionales, tenía una función educativa. ¿Cuál es la moraleja? Las palabras de Perrault lo explican con gran eficacia, resonando como una advertencia trágicamente aún relevante: «De esta historia aprendemos que los niños, y especialmente las jóvenes bonitas y corteses de buenas familias, hacen mucho daño al escuchar a los extraños; y no es extraño que el Lobo se lleve la cena. Yo digo lupo, porque no todos los lobos son del mismo tipo; hay una especie de apariencia encomiable, que no es ruidosa, ni odiosa, ni enojada, sino mansa, servicial y amable, que sigue a las jóvenes por la calle y hasta sus casas. ¡Problema! ¡a quien no sepa que estos lobos bondadosos son, entre tales criaturas, los más peligrosos! ». Hoy el lobo despierta más curiosidad y simpatía que miedo, sin embargo, como también enseña nuestro final alternativo, es importante continuar educar a los niños tener cuidado y aprender a distinguir a los verdaderos malos, mucho más feroces que un animal salvaje: son los seres humanos con malas intenciones los que debemos aprender a mantener alejados.