Amigos en el trabajo: trucos para no arruinar la amistad cuando se trabaja en equipo

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Compartir el trabajo con un amigo es agradable, pero arriesgado. Cómo no arruinar la relación

El punto de partida ideal sería evita hacer las mismas cosas. Para ser claros: si hay más tareas en un proyecto, intenta asumir una diferente a la de tu amigo (o amigo) y esto también se aplica a las tareas planificadas. Eso sí, depende de la situación y sabemos que no siempre es posible elegir, pero debemos ser conscientes del riesgo de solapamiento que, lamentablemente, muchas veces rima con tensión. Es una consecuencia casi matemática.

Si una tarea se divide entre usted y su amigo (y no puede hacer nada al respecto), el consejo es limitar los daños tanto como sea posible. Y lo mejor, en este caso, también es lo más sencillo: hablar. Establezca el récord de inmediato, asegurándole que no tiene intención de competir con ella ni obstaculizar su trabajo, sino que está deseando empezar esta nueva aventura juntos, más unidos que nunca. Verás que él lo apreciará y te permitirá comenzar con el pie derecho.

Lo importante es empezar bien, pero también asegurarse de que los cimientos sean sólidos y te permitan construir algo igualmente fuerte, a medida que sigues con el trabajo. Y aquí viene esa definición tan querida por los consultores de empresas: trabajo en equipo. Por otro lado, las relaciones personales no son tan distintas a las personales: hay que saber cultivarlas bien, con atención incluso a las pequeñas cosas y tratando de dejar de lado el individualismo a favor de la pareja (trabajadora) o grupo.

No queremos ocultarle la verdad: trabajar con un amigo es como estar perpetuamente en la arena en movimiento. QuindMe mantengo alerta, prestando atención incluso a la más mínima alarma. Si ves que la actitud de la otra persona ha cambiado, que hay descontento o entiendes que te está ocultando algo, trata de entender lo que está pasando. Si, por el contrario, te das cuenta de que has cometido un error, haz un pequeño examen de conciencia e intenta arreglarlo.

Luego llega el momento de desconectar y disfrutar del tiempo libre. Tiempo que en parte terminamos compartiendo con los seres queridos. Y lo mejor que puede, cuando se ve con su amigo-colega, es mantener fuera los asuntos profesionales. En definitiva, no termines hablando de trabajo aunque estés en el gimnasio, en la cena o en un viaje fuera de la ciudad: terminarías perdiendo el lado despreocupado de tu amistad y aburriendo a los demás, si los hay.

Lo sabemos: la vida, especialmente la vida laboral, siempre lo complica todo y ante todo las relaciones personales. Experimentarás momentos delicados, quizás de alta tensión, a veces te enojarás y quizás de vez en cuando (incluso sin saberlo) se desencadenará un poco de competencia, pero nunca olvides de quién eres. Si nace una hermosa amistad entre tú y la otra persona, hay una razón, ¿verdad? Por supuesto, ha descubierto que un amigo o un amigo en realidad no lo estaba, lo suficiente como para decepcionarse, pero esa es otra historia.

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