Neutropenia febril: puedes prevenirla

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Una afección aún poco conocida, pero para la que existen terapias ad hoc

Es bien sabido que uno de los principales tratamientos contra el cáncer es la quimioterapia. Es un arma válida e importante. Sin embargo, a veces pueden surgir complicaciones. Uno de estos es el neutropenia febrilo una caída repentina de los glóbulos blancos que debilita el sistema inmunológico. Hablamos de esta condición con Roberta Buosi, directora médica especialista senior del departamento de oncología del Novara Charity Hospital.

¿Qué es la neutropenia febril? Es una complicación que puede ser causada por la quimioterapia utilizada para combatir tumores sólidos (como los de mama, pulmones, útero, etc.) y sanguíneos (como leucemia y linfomas) y que se presenta con una fuerte reducción de glóbulos blancos. y en particular neutrófilos. La reducción puede ser leve, moderada o severa y es directamente proporcional al riesgo de contraer infecciones porque las defensas inmunes están degradadas. Además, la neutropenia febril puede retrasar la administración de quimioterapia y, por tanto, hacer que el proceso de curación sea menos sencillo.

¿Quién está en riesgo? Pacientes mayores de 65 años, mujeres, personas desnutridas o debilitadas, quienes se han sometido a quimioterapia y radioterapia, quienes padecen diabetes o enfermedades cardíacas.

¿Qué riesgos conlleva? La neutropenia leve o moderada es asintomática, aunque el paciente a menudo refiere fatiga. Sin embargo, la fatiga puede ser un efecto secundario del tratamiento o puede deberse a la enfermedad en sí. La fiebre, la señal más importante, debe mantenerse bajo control sobre todo si aparece unos días después del tratamiento y por encima de los 38,5 °. En esta etapa, el riesgo de neutropenia febril es mayor.

¿Cómo se previene? El oncólogo puede prescribir terapias específicas destinadas a aumentar la cantidad de glóbulos blancos. Este tipo de tratamiento suele ocurrir cuando el riesgo de neutropenia es superior al 20% y se puede realizar incluso si el paciente ha desarrollado neutropenia grave o febril en ciclos anteriores.

¿Qué se debe hacer para evitar la neutropenia febril? Es recomendable observar unas sencillas reglas de higiene: limpiar boca, dientes y garganta incluso varias veces al día, lavarse siempre bien las manos y uñas, almacenar los alimentos correctamente para evitar la contaminación. También es bueno evitar lugares superpoblados y el contacto con personas o animales que pueden ser vehículos de infecciones, y contactar al oncólogo de referencia para que se haga un hemograma, que debe realizarse unos días después de finalizada la quimioterapia, y en cualquier caso según lo indicado por el especialista.

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