Gritos, risas y patadas a la pelota: en verano, los patios y jardines deben llenarse de niños jugando. Pero los tiempos han cambiado y (algunos) adultos parecen cada vez más intolerantes con la infancia.
Qué bonitos fueron los años … sesenta, setenta, ochenta, cuando sí el jugaba en el patio, la merienda se basaba en pan en lugar de bocadillos y los niños sudaban tanto como podían en lugar de fosilizarse en el sofá. La verdad es que el adultos a menudo ya no tienen hora, ni para hacer tartas ni un bocadillo, ni para detenerse en tocar. Aquí están las frases escritas y compartidas con demasiada facilidad en red social convertido en hipocresía, porque la prueba de los hechos cuando estos alegres ruidos están a nuestro alrededor en lugar de reírse con los más pequeños y volar con la ligereza de Peter Pan, demostramos ser unos aburridos censores. Hablamos mucho de libertad, porque ya no sabemos darlo ni vivirlo. LA niños, junto con lo que representa su espontaneidad, nos dan molestia.