10 frases para no decir nunca a los que están (realmente) a dieta

A menudo decimos cosas inapropiadas a quienes están a dieta. ¡Aquí están las frases para evitar absolutamente!

Después de haberlo repetido durante mucho tiempo "DMañana me pondré a dieta”, Finalmente se toma la decisión y llega el fatídico día. Hace uno gasto cuidadoso, canasta todo lo que pueda llevar a la tentación, se entrega el tarro gigante de crema de cacao y avellanas a su mejor amiga, derramando lágrimas de separación forzada, y se apunta al gimnasio.

Estos los primeros pasos ya te hacen sentir mejor y en mejor forma: sacan esa ropa enterrada en el armario esperando perder esos kilitos de más para poder regresar sin aguantar la respiración pero luego … aquí viene el amigo, novio o familiar que destruye, con algunas bromas, el entusiasmo que nos animó a no rendirnos.

Si el primer obstáculo a superar para una persona que ha decidido ponerse a dieta escomunica tu decisión a amigos, familiares, compañeros, de hecho, por otro lado, quien recibe la noticia debe prestar mucha atención a reacción con la que le da la bienvenida, porque muchas veces, aunque las frases dichas se pronuncian con la mejor de las intenciones, pueden provocar en quienes están en constante lucha con la balanza, efectos nada menos que devastadores.

Así que aquí hay una guía sobre cosas para nunca decir para los que están a dieta, mientras que aquí puedes leer algunas frases divertidas sobre la dieta y la pérdida de peso.

1. ¿Cuántos kilos perdiste con la última dieta?

Nunca le recuerde a la persona que acaba de ponerse a dieta (aunque sea por enésima vez) sus fracasos anteriores. Las libras van y vienen, pero la carta de triunfo es la determinación y el pensamiento positivo. Entonces, ay de mencionar "ese momento …", mucho mejor enfocarse en la nueva propuesta y en qué hacer de manera diferente para lograr el objetivo y no recuperar los kilos perdidos.

2. Te ves genial de esta manera, no necesitas perder peso

Si esta frase se repite en un bucle, cada vez que la persona que hace dieta se enfrenta a una tentación, la mayoría de las veces cederá a ella. Asimismo, también es deletéreo exagerar con aprecio cuando la persona realmente está perdiendo kilos, porque terminas dando demasiado peso a la importancia del cuerpo, factor que puede exponerte al riesgo de incluso incurrir en trastornos alimentarios. Mejor centrarse en la energía recién descubierta, en el bienestar conseguido gracias a una dieta más equilibrada y todos los cambios positivos que ha traído la elección, sin destacar demasiado el factor estético.

3. ¿Por qué lo haces?

Esta frase pone a la persona frente a la evidencia, los kilos de más, sintiéndose incómodo en su cuerpo y, sobre todo, existe el riesgo de llevarlo a un estado mental negativo. Es mejor centrarse en los aspectos positivos de esta decisión y mostrar todo el apoyo necesario para abordar este escollo.

4. ¿Cómo combatirás el hambre?

Motivación ante todo. ¿Quieres destruir emocionalmente a tu amigo? Bueno, estás en el camino correcto. Mucho mejor ofrecerte como ayudante en la planificación del menú semanal, profundizando tus conocimientos sobre alimentos dietéticos y saludables que pueden saciar sin poner en peligro la dieta.

5. ¿Qué tal un aperitivo?

Aquí está la fatídica pregunta que más teme cualquiera que haya decidido ponerse a dieta. Las tentaciones están a la vuelta de la esquina y vencerlas cada vez puede ser difícil, especialmente si no cuentas con el apoyo de tus amigos. Mejor proponer un zumo de tomate y un pinzimonio en casa para charlar y así mantener a la persona concentrada en su objetivo.

6. Te ves hermosa incluso con algunos kilos de más

El exceso de redondez no siempre se ve bien. Entonces, ¿por qué mentir? Por supuesto, es mejor no mostrar demasiado entusiasmo señalando a la persona que tal como está no es buena, pero no desmotivarla haciéndole creer algo que no es. Mejor respetar la decisión y darle todo el apoyo posible.

7. ¿Otra vez?

¡Si de nuevo! La perseverancia es el arma ganadora. Si no ha tenido éxito una vez, tal vez el segundo o el tercero lo logren. Aprende de sus errores y ajusta su tiro. Tenga siempre presente que ponerse a dieta no es fácil. Las renuncias y las privaciones pesan como cantos rodados y muchas veces uno se siente desanimado frente a la aguja de la balanza que no quiere bajar, las ensaladas que se comen en el restaurante mientras los demás comensales eligen platos deliciosos que le hacen la boca agua. Entonces, ¿por qué resaltar los fracasos del pasado cuando podría optar por un estímulo más saludable?

8. ¿Estás seguro de que puedes comerlo?

El riesgo es infundir culpa en la persona que hace dieta y conducir a un círculo vicioso que también puede conducir a problemas de alimentación. O, por el contrario, desencadenar una sensación de rebeldía en la persona que la lleve a comer de todo para demostrar que puede hacerlo, incluso sin el consentimiento de los demás, destruyendo así todo el compromiso y perseverancia que ha llevado hasta el final. ese momento.

9. ¡Ahora mismo hay tantas fiestas / eventos a los que asistir!

La mente de la persona visualizará panettone, tartas de queso, helados, pizzas, patatas fritas, fiambres y bandejas de lasaña que no dejarán salida. Dejar de comer sus alimentos favoritos y optar por alimentos saludables y bajos en calorías que no brinden la misma satisfacción puede ser extremadamente difícil.

Con esta sentencia, se corre el riesgo de que la persona en cuestión se encierre en su casa para evitar tentaciones o que posponga sus proyectos a un futuro indefinido que tal vez nunca vuelva a llegar.

10. Considere que tiene huesos grandes

Ponerse las manos encima nunca es una buena idea. La constitución física obviamente impacta en la dieta, al igual que el factor hereditario. Pero ese no es necesariamente el caso. La constancia, la actividad física y el estilo de vida adecuado siempre ganan. Por tanto, es inútil desanimar a los que se ponen a dieta, sino apoyar el reto personal con una buena dosis de ánimo.

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