¿El verdadero anti-estrés? 15 minutos de soledad al día

Cuando es nuestra elección, la soledad nos ayuda a desconectarnos y sintonizarnos con nosotros mismos, aumentando la conciencia y aportando claridad mental.

Porque la soledad te hace bien

Perpetuamente inmersos en una nube de información, demasiado involucrados en el contexto (las personas a nuestro lado, sus preocupaciones, tareas, etc.) tal vez hayamos perdido la capacidad de estar a solas con nosotros mismos. Según Michael Harris, autor de “Soledad: en busca de una vida singular en un mundo abarrotado”, deberíamos en cambio hacer una mente local tratando de recuperar los valores de la soledad.

Estar a solas con nosotros mismos nos da la oportunidad de lidiar con todo aquello que nos estresa, nos preocupa y no nos calma. De hecho, un momento solo para nosotros es lo que necesitamos cuando estamos particularmente estresados y agitados.

Esto se debe a que escucharnos a nosotros mismos, comprender lo que sentimos y autoanalizar nuestro estado psicológico nos permite poner orden en nuestra vida. Permitirnos un momento propio por un lado nos vuelve a sintonizar con quienes somos y con nuestros objetivos, por otro lado nos permite resetear y "purificarnos" de todo lo que nos rodea.

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Cómo poder disfrutar de la soledad

Muy a menudo tenemos muchas cosas que hacer y parece que no tenemos suficiente tiempo para nosotros. En realidad, 15 minutos pueden ser suficientes: despertemos por la mañana o dediquemos un momento después de la cena.

Podemos intentar encerrarnos en una habitación tranquila, o incluso salir a caminar solos. También podemos optar por meditar o coger un bolígrafo y papel para ventilar todos nuestros pensamientos en blanco y negro.

Cada uno de nosotros puede encontrar la forma que mejor se adapte a nuestros hábitos para permitirnos un breve tiempo de cara a cara con tu "yo", esa parte de nosotros que - si no se cuida - nos lleva a preocupaciones inútiles.

Los límites aparentes de la soledad

A veces la idea de estar solos puede asustarnos, sobre todo si no nos encontramos bien. Esto se debe a que creemos que necesitamos ayuda externa para hacer frente a nuestras dificultades.

Pero es precisamente en los momentos en los que estamos solos que descubrimos lo fuertes que somos, cuántas habilidades tenemos para resolver los momentos que más nos ponen a prueba.

Cuando estamos con otros valoramos su punto de vista y les damos la responsabilidad de nuestro bienestar, pero es solo yendo dentro de nosotros mismos que descubrimos lo que nos trae la serenidad que necesitamos.

Soledad y autoestima

La capacidad de estar solo es a menudo una cuestión de autoestima. Y así como se puede trabajar la autoestima para aumentarla (a lo largo de la vida), la soledad también se puede "aprender".

Puede comenzar por aprender a apreciar el pequeño placer de hacer algo por su cuenta, tal vez algo que nunca pensó que podría hacer por su cuenta. El descubrimiento de triunfar y, de hecho, de obtener un placer inesperado de ello, es combustible para nuestra autoestima.

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